Todo perdido en un año
Una mala gestión, gastos y caprichos por todos lados, viajes y cosas absurdas e innecesarias y el resultado fue que, aunque parezca totalmente increíble, en tan solo un año de heredar la empresa, Esther la hundió, contrajo una enorme deuda de unos mil millones de euros, debía dinero a muchas entidades bancarias y su única solución fue vender sus acciones en la empresa. Gracias a que consiguió venderla, salió del profundo boquete en el que se había metido.
José María Ruiz- Mateos
Todo el mundo ha oído hablar alguna vez de Nueva Rumasa. José María Ruiz-Mateos compró esta empresa que fue expropiada por el Estado y consiguió sacarla a flote, llegando a tener un capital que rondaba los 6 mil millones de euros y miles de empleados a su cargo. Una habilidad increíble para los negocios situándose así en la cima, lo que no se imaginaba era el batacazo que se iba a dar desde allí arriba.