Leona llorando ruega a un turista que la siga. Los aldeanos le dicen que no pero él insiste

PUBLICADO EN 06/08/2025
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Rumores e historias

Mientras observaba la pared, James pareció recordar algo. “He oído hablar de unos antiguos santuarios, lugares abandonados en los que los leones vagaban libremente”, dijo, y sus palabras quedaron suspendidas en el aire, añadiendo un matiz de misterio a nuestra aventura. “Hace que te preguntes qué había aquí”, comenté, pensativa. La leona continuó avanzando con naturalidad, y su confianza en ese entorno sugería que tal vez ya conocía ese lugar —o lo que representaba— mucho antes que nosotros.

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La leona acelera el paso

Sin previo aviso, la leona aceleró el paso, moviéndose con una gracia que contrastaba con la urgencia de sus movimientos. Era como si estar en aquel lugar hubiera despertado algo dentro de ella. “Ahora está más animada”, bromeé, intentando seguirle el ritmo. James asintió, observándola con atención. Nos apresuramos a seguirla, guiados por un instinto compartido de que lo que nos aguardaba era crucial, no solo para ella, sino quizá también para nosotros.

La leona acelera el paso

La leona acelera el paso

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